El matrimonio Noriega decide contratar a alguien para organizar la biblioteca de su palacio, decidiendo finalmente concederle el puesto a Lola, una mujer humilde procedente de un pueblo cercano. Lo que Celso y Olalla Noriega no saben es que su nueva trabajadora ya está bien familiarizada con el palacio: no solo fue su tía una de las sirvientas de la madre de Olalla, sino que además está convencida de ser la hija natural de Doro, el difunto hermano de la señora Noriega. Lola acepta el trabajo creyendo que recorrer el palacio que soñó con heredar algún día será una experiencia positiva, pero poco después de llegar comenzará a ser atormentada por sus recuerdos.